La tarde del 18 de junio de 2025, el servicio de internet en Irán colapsó tras una serie de bombardeos atribuidos a Israel, provocando la caída de numerosos sitios web, incluyendo portales oficiales como IRNA, y afectando las comunicaciones móviles de datos a nivel nacional. Empresas de monitoreo de tráfico digital como NetBlocks informaron en su cuenta de X que gran parte del país permanecía sin conexión, en lo que describieron como una interrupción abrupta y generalizada del acceso a internet.
Medios estatales dejaron de aparecer en buscadores, aunque algunos continuaron publicando contenido mediante redes sociales y canales alternativos, lo que sugiere que la infraestructura principal de internet se vio seriamente comprometida. Usuarios reportaron dificultades para acceder a servicios de mensajería, aplicaciones de navegación y plataformas informativas locales, generando alarma y desinformación ante la ausencia de canales convencionales de comunicación.
Desde Teherán, analistas señalan que esta desconexión puede obedecer tanto a daños en infraestructura producidos por los ataques como a decisiones deliberadas de las autoridades iraníes para restringir el tráfico de información, con el fin de controlar la narrativa interna y evitar la propagación rápida de noticias adversas durante la crisis. Expertos en ciberseguridad recuerdan que en conflictos de esta naturaleza, los apagones de internet suelen combinar impactos de ataques físicos o cibernéticos con medidas de filtrado o bloqueo por parte del gobierno.
La escalada de bombardeos entre Israel e Irán en días recientes ha incluido ataques a infraestructura crítica, como instalaciones energéticas y de comunicaciones, lo que ha intensificado la incertidumbre sobre la continuidad del suministro de servicios básicos en Irán. Fuentes internacionales también advierten que un blackout prolongado podría agravar el impacto humanitario y dificultar la coordinación de ayudas o alertas de emergencia para la población civil.
Organizaciones de derechos digitales y usuarios recurrieron a VPN y herramientas de cifrado para intentar sortear las restricciones, aunque el grado de éxito fue limitado y la mayoría de servicios permanecieron inaccesibles o con severas latencias. Asimismo, medios extranjeros destacaron que el apagón se produce en un contexto de intercambio de ataques aéreos y misiles entre las dos naciones, con un aumento de la represión interna ante posibles protestas o muestras de descontento de la población .
El gobierno iraní, por su parte, no emitió de inmediato un comunicado detallado sobre la causa precisa del colapso, aunque en ocasiones anteriores ha justificado restricciones de internet como necesarias para “proteger la seguridad nacional” y “evitar campañas de desinformación” durante crisis militares o civiles. Mientras tanto, la comunidad internacional hace un llamado a la contención del conflicto y a garantizar que los civiles no queden aislados de información vital ni de mecanismos de ayuda humanitaria.
