El 18 de junio de 2025 alrededor de las 23:01 hora local, la etapa superior de una Starship de SpaceX explotó durante una prueba de ignición estática en las instalaciones de Starbase, Texas. El incidente se produjo en el marco de las preparaciones para el décimo vuelo de prueba del cohete, uno de los más grandes jamás construidos. Según SpaceX, se trató de una “anomalía importante” detectada en los sistemas durante el encendido de motores, que derivó en la pérdida del prototipo en el puesto de pruebas.

Afortunadamente, no se registraron heridos ni daños a personal, pues la operación se efectuaba con las zonas de seguridad establecidas y personal resguardado. SpaceX confirmó que los protocolos de emergencia y contención funcionaron como se esperaba, y que se coordinó la respuesta con el Departamento de Bomberos de Brownsville para controlar incendios secundarios y garantizar la integridad de las instalaciones circundantes.

La explosión generó una enorme bola de fuego visible en el horizonte nocturno, seguida de detonaciones menores y un incendio persistente que requirió atención de brigadas en tierra. Videos del evento muestran la columna de llamas y humo elevándose desde la plataforma, impacto que sacudió ventanas en áreas cercanas. Hasta el momento, SpaceX indica que no hubo evacuaciones adicionales ni riesgo para comunidades locales más allá de las medidas preventivas habituales.

Este revés ocurre cuando SpaceX se preparaba para el décimo intento de vuelo de prueba de Starship, tras misiones previas en las que el vehículo alcanzó espacio y finalizó en explosión sobre el océano Índico en el tercer intento. El programa Starship, diseñado para transportar grandes cargas y eventualmente tripulaciones a otros planetas, ha enfrentado varias fallas tanto en vuelo como en pruebas en tierra; cada una se considera una lección para ajustar sistemas de propulsión, estructura y seguridad.