Elon Musk, director ejecutivo de Tesla y SpaceX, calificó este martes 3 de junio de 2025 al paquete de recortes fiscales y presupuestarios impulsado por el presidente Donald Trump como una “abominación repugnante” a través de su cuenta en X (antes Twitter). En su publicación, Musk señaló que el proyecto es “masivo, escandaloso y lleno de gastos innecesarios” y afirmó que quien votó a favor “sabe que cometió un error”.
El magnate había dejado su puesto como cofundador y líder de la Oficina de Eficiencia Gubernamental (DOGE) apenas el 31 de mayo, tras haber recibido elogios de la Casa Blanca por su labor de recorte al gasto federal. A su salida, Musk ya había expresado desacuerdos con la nueva administración republicana, pero fue hasta este 3 de junio que sus críticas al plan fiscal se hicieron públicas con mayor contundencia.
En su mensaje en X, Musk advirtió que el nuevo proyecto elevará el déficit presupuestario de Estados Unidos a 2.5 billones de dólares, “cargando a los ciudadanos con una deuda devastadoramente insostenible”. Otras fuentes señalan que dicho plan podría sumar hasta 3 billones de dólares al déficit en la próxima década, pese a los recortes propuestos en programas de salud y asistencia alimentaria.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, minimizó las declaraciones de Musk durante su rueda de prensa al afirmar que “el presidente ya conoce la postura de Elon Musk sobre este proyecto de ley; esto no cambia la opinión del presidente. Es un proyecto grande y hermoso, y lo respalda”. Esta respuesta subraya la brecha creciente entre el empresario y el mandatario, quienes mantenían una relación estrecha durante los primeros meses de la actual administración republicana.
El paquete fiscal, bautizado por Trump como “One Big Beautiful Bill”, ya fue aprobado por la Cámara de Representantes y enfrenta ahora su discusión en el Senado. Analistas advirtieron que, de prosperar en su forma actual, el plan podría contribuir a que la deuda nacional alcance niveles récord, lo que contravendría la promesa de Musk de impulsar una gestión más austera del gasto público.
Con esta postura crítica, Musk se distancia abiertamente de la agenda económica de Trump tras su breve paso por el Ejecutivo, marcando una ruptura que ya había comenzado con su renuncia al DOGE. Para muchos observadores, sus declaraciones no solo reflejan su preocupación por la sostenibilidad fiscal, sino también un cambio en su alineación política que podría repercutir en la percepción de su liderazgo empresarial.